El teatro es un género literario ya sea en prosa o en verso, normalmente dialogado pensado para ser representado; las artes escénicas cubren todo lo relativo a la escritura de la obra teatral, la interpretación, la producción y los vestuarios y escenarios.
El término drama viene de la palabra griega que significa 'hacer', y por esa razón se asocia normalmente a la idea de acción. La mayoría de la veces se entiende por drama una historia que narra los acontecimientos vitales de una serie de personajes. Como el adjetivo dramático indica, las ideas de conflicto, tensión, contraste y emoción se asocian con drama.
Características del teatro
Si se considerara al teatro como una rama de la literatura o sólo como una forma más de narrativa, se estaría olvidando gran parte de la historia del teatro.
En algunos periodos o culturas se ha dado más importancia a la literatura dramática —obras de teatro— pero en otros hay una mayor preocupación por los aspectos de la producción escénica. En algunas culturas se valora el teatro como medio para contar historias; en otras, como religión, espectáculo o entretenimiento.
El teatro se ha utilizado como extensión de celebraciones religiosas, como medio para esparcir ideas políticas o para difundir propaganda a grandes masas, como entretenimiento y también como arte.
A través de la historia ha desarrollado su actividad en tres niveles al mismo tiempo: como entretenimiento popular de escasa organización, como importante actividad pública y como arte para la elite.
Como entretenimiento popular, ha habido siempre individuos o pequeños grupos que trabajan por su cuenta, representando cualquier cosa, desde números de circo hasta farsas para grandes masas.
El teatro como actividad pública consiste en el drama literario representado en teatros públicos; se trata por lo general de una actividad comercial o subvencionada por el estado para el público en general. La tragedia griega, las obras didácticas medievales y el teatro contemporáneo entran dentro de esta categoría.
El teatro como arte para una elite lo define su propio público, un grupo limitado con gustos especiales. Esta fórmula puede aplicarse tanto a las representaciones en la corte durante el renacimiento como al teatro de vanguardia.
Elementos de la representación teatral:
Una representación consta de dos elementos esenciales: actores y publico. La representación puede ser mímica o utilizar el leunguaje verbal.
Los personajes no tienen por qué ser seres humanos; los títeres o las marionetas (guiñol) han sido muy apreciados a lo largo de la historia, así como otros recursos escénico.
Se puede realzar uan representación por medio del vestuario, el maquillaje, los decorados, los accesorios, la iluminación, la música y los efectos especiales. Estos elementos se utilizan para ayudar a crear una ilusión de lugares, tiempos, personajes, etc.
Se tienen pocas y vagas nociones de cómo pudieron haber sido las manifestaciones escénicas de los pueblos precolombinos, pues la mayor parte de éstas consistían en rituales religiosos. Más tarde, con la conquista española, los esfuerzos por borrar la antigua identidad para la implantación eficaz de la nueva religión, o bien destruyeron los vestigios culturales primigenios o estos se fundieron en un sincretismo con los europeos, con lo cual muestran hoy aspectos singulares que no se corresponden ni con las culturas indígenas ni con las hispánicas. Tal es el caso de las celebraciones religiosas populares de Semana Santa en Iztapalapa y en Taxco o en la celebración del Día de los Muertos en México.
Existe, sin embargo, un único texto dramático maya, descubierto en 1850, elRabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial. Su representación depende de distintos elementos espectaculares como el vestuario, la música, la danza y la expresión corporal.
A partir de la época colonial, el teatro se basa sobre todo en los modelos procedentes de España. En México destacó sor Juan Inés de la Cruz, autora deLos empeños de una casa, comedia de enredos que recoge la profunda influencia de Calderón de la Barca; Amor es más laberinto, en la cual se acogen los rasgos de los autos sacramentales; El cetro de José y El divino Narciso, autos sacramentales en los que aparecen ya personajes mexicanos, pues la acción del resto de las obras transcurre en Madrid y la protagonizan personajes típicos de las comedias españolas de la época.
No es hasta mediados del siglo XX cuando el teatro latinoamericano ha adquirido cierta personalidad, al tratar temas propios tomando como punto de partida la realidad del espectador a quien va destinado.Aunque nacido en Taxco, México, Juan Ruiz de Alarcón realizó sus estudios en España. Suobra, escrita según los modelos clasicistas, se diferencia de la de sus contemporáneos en un mayor cuidado formal en las tramas y los versos. En sus obras, los vicios son siempre condenados, a la manera de un final feliz y ejemplificador, contra la pauta de las comedias nuevas de los españoles Lope de Vega, Tirso de Molina, Guillén de Castro, Francisco de Rojas, Zorrilla, entre otros, que solían sacar consecuencias modélicas de situaciones donde los valores cristianos bordeaban ambiguos e incluso peligrosos límites.
El advenimiento de las teorías brechtianas han conquistado un buen campo de cultivo en latinoamérica, aquejada de problemas políticos y necesitada de concineciación de sus habitantes.De ahí han surguido teóricos y dramaturgos como el colombiano Enrique Buenaventura, Augusti Boal de Brasil, quien ha desarrollado técnicas de teatro callejero, sin dejar al margen el aspecto espectacular y estetico del drama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario