Cuando se habla de una estructura literaria, nos referimos a la disposición u orden que el escritor da a las partes de la novela. La más común y natural forma de organizar las partes de una novela es mediante una estructura lineal, en la cual los acontecimientos se organizan en su orden cronológico. Sin embargo, existen otras formas de estructura una novela.
Estructura inversa
Consiste en contar la historia al revés, invirtiendo la cronología. Por ejemplo, se inicia contando lo que sucedió un viernes, en el siguiente capítulo se cuenta lo que sucedió el jues, en el siguiente capítulo lo sucedido el miércoles; y así sucesivamente.
Estructura circular
En este tipo de estructura se finaliza la historia en el mismo punto en que se inició. Por ejemplo, se inicia la historia con un hombre que va a disparale a otro. En los siguientes capítulos se cuenta todo lo que sucedió antes para llegar a esa situación. Al final se regresa al momento en que el hombre va a dispararle al otro y se muestra si lo hace o no.
Estructura convergente
Se trata de contar dos o más historias intercalandolas dentro de una novela, para unirlas al final. Por ejemplo: se cuenta la historia de X en un capítulo, la historia de Y en el segundo y la historia de Z en el tercero; para unir las historias de X,Y y Z en el cuarto capítulo.
Estructura parlela
Es contar dos versiones de una misma historia a partir de un punto de quiebre. Por ejemplo: un hombre compra la loteria y se cuenta lo que sucedió tras ganarsela; mientras aparte se cuenta la historia de lo que sucedió con su vida tras no ganarla.
Estructuras formales
De otra parte, existen las llamadas estructuras formales que ayudan a estructurar una novela. La más común es la división en capítulos ya sea sin numerar o bien numerados, con títulos o con ambas opciones. También se puede utilizar fechas para indicar cuando pasan los acontecimientos, o estructurar la novela por medio de cartas o E-mails.
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