Cuando leemos un libro, la lectura nos lleva más allá de
nuestros sentimientos, nos invita a la reflexión y a veces a la acción, nos
ayuda a formar parte de nuestra personalidad. El lector llega a sentirse como
el protagonista de las historias que lee, pero además debemos saber encontrar
en la lectura los valores humanos que son el motivo esencial de la conducta, el
sentimiento del deber.
La literatura es una aventura infinita que ofrece una amplia escala de valores
humanos. Expresa belleza, deleita y enseña. La literatura es la suma de todo lo
que mejora, enaltece y hace más humana la vida del hombre; aunque no tenga una
función utilitaria, promueve satisfacciones espirituales.
Desde épocas remotas el ser humano ha buscado conocerse y
conocer el mundo a través de la palabra, la literatura es un medio para llegar
a este conocimiento. A través de una obra el escritor expresa sus deseos, sus
sueños, conocimientos, su alegría, tristeza y su soledad.
LA LITERATURA OFRECE LOS SIGUIENTES VALORES:
1. Sensibiliza a las personas hacia otros seres humanos.
2. Nutre la conciencia del lector y ofrece elementos de reflexión que estimulan
su desarrollo personal y social.
3. Reflexiona acerca de la condición humana, la vida, la muerte y nuestro paso
por el mundo.
4. Es un medio eficaz para interpretar la realidad, dar a conocer formas de
pensamiento, expresar contenidos espirituales. Invita al lector a desear una
realidad mejor.
La obra cumbre de la literatura en lengua española, que
representa claramente la integración de los valores es, la novela de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha,
de Miguel de Cervantes Saavedra, narración en la que se encuentran los valores
humanos tales como el honor, la justicia, la lealtad. Don Quijote, como
caballero andante, sale al mundo para combatir la injusticia sin esperar
ninguna recompensa, lo hace tan sólo por su honor de caballero; para ello
cuenta con la lealtad a toda prueba de Sancho Panza.
Esta obra se escribió cuando el arte estaba
cambiando del renacimiento (siglo XVI) al Barroco del siglo XVII, Cervantes
supo muy bien cambiar las dos corrientes literarias.
El punto de vista del personaje principal, Don Quijote tiene
todas las características de la literatura renacentista: idealismo, visión,
humanista del mundo donde la nobleza de espíritu, la lealtad y el amor
espiritual son los principios fundamentales pero todo este idealismo del
personaje está caracterizado por el escritor. El caballero andante no es joven,
ni guapo y sobre todo sus aventuras no son reales, sino inventadas por su loca
imaginación. Desde este punto de vista, la novela es barroca, se ve un mundo
lleno de contrastes, idealismo – realismo; sueño – realidad; locura – cordura;
bondad – maldad; gracioso – patético.
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