domingo, 25 de enero de 2015

Trastorno por déficit de atención/hiperactividad

En esta entrada hablaré un poco de uno de los problemas pediátricos "más famosos", sobre todo en el ámbito escolar. Es útil conocer acerca de este padecimiento para poder referir adecuadamente a la persona que lo presenta con el profesional correspondiente.

El trastorno de déficit de atención/hiperactividad (ADHD) es un problema común del desarrollo neurológico que puede afectar a 2 a 10% de los niños en edad escolar y persistir hasta la adolescencia y la edad adulta. Se vincula con una tríada de síntomas: impulsividad, falta de atención e hiperactividad. El DSM-IV-TR ha descrito tres subtipos de ADHD: hiperactivo-compulsivo, falta de atención y combinado. Para clasificarse de acuerdo con uno de estos subtipos, el niño debe manifestar seis o más de los síntomas pertenecientes a cada subtipo.

La mayoría de los niños con ADHD tiene un tipo combinado con síntomas de falta de atención, además de hiperactividad e impulsividad. Aunque los síntomas comienzan en la infancia temprana, pueden disminuir entre los 10 y 25 años de edad. La hiperactividad decrece con más rapidez y la impulsividad y falta de atención persisten a menudo hasta la adolescencia o edad adulta. El ADHD puede combinarse con otras afectaciones psiquiátricas, como alteraciones del talante, en cerca del 20% de los pacientes, trastorno de la conducta en otro 20% y trastorno de oposición desafiante hasta en 40%. Una proporción de 25% de los niños con ADHD que acuden a clínicas de referencia manifiestan tics o síndrome de Tourette. A la inversa, más del 50% de los individuos con síndrome de Tourette también tiene ADHD.


El ADHD tiene un componente genético sustancial. Se han identificado varios genes probables, aunque existe evidencia sólida que el ADHD es un trastorno en el que intervienen varios genes. Este problema se vincula también con diversas anomalías genéticas relacionadas con alteraciones del desarrollo, incluidos el síndrome de cromosoma X frágil, síndrome de Williams, síndrome de Angelman, síndrome XXY (síndrome de Klinefelter) y síndrome de Turner. El síndrome de alcoholismo fetal (FAS) también se relaciona firmemente con ADHD. Los traumatismos del SNC, las infecciones del SNC, la premadurez y un curso neonatal difícil con lesión cerebral también pueden vincularse con ADHD tardío. En ocasiones, los problemas metabólicos, como el hipotiroidismo, pueden ocasionar ADHD. Estas causas orgánicas de ADHD deben tomarse en cuenta al evaluar a cualquier niño que presente problemas de atención, hiperactividad o impulsividad. Sin embargo, en la mayoría de los niños que sufren ADHD se desconoce la causa.

Tratamiento


El tratamiento del ADHD varía según sea la complejidad del caso individual, lo que incluye enfermedades concomitantes como ansiedad e incapacidad para el aprendizaje. Es importante educar a la familia acerca de los síntomas de ADHD  y aclarar que es un trastorno neurológico que algunas veces es difícil que el niño controle. Por lo general, las técnicas de modificación conductual ayudan a estos niños y deben incluir estructura y consistencia en la rutina diaria, refuerzo positivo siempre que sea posible y un tiempo a solas para conductas negativas. Es importante tratar de incrementar la autoestima del niño, ya que las complicaciones psicológicas son comunes en el ADHD. Existen varias intervenciones educativas que sirven de ayuda, por ejemplo, un lugar preferente en el salón de clases, un sistema consistente de refuerzo positivo de la conducta, estructura consistente, repetición de la información cuando se necesite y el uso de instrucciones que incorporan modalidades visuales y auditivas. Muchos niños con ADHD tienen dificultades sociales notorias y el entrenamiento en habilidades sociales resulta de utilidad. La asesoría individual es benéfica para aliviar la autoestima baja, la actitud retadora y los problemas de conducta.

El tratamiento farmacológico combinado con intervención conductual muestra evidencia de mejoría significativa en los síntomas del ADHD.

Hay que ser muy claros que se trata de un problema complejo que debe ser atendido por profesionales en la salud con proyección al trabajo interdisciplinario con otras áreas.


Bibliografía

Hay, W. W., Levin, M. J., Sondheimer, J. M., & Deterding, R. R. (2010). Trastorno de déficit de atención/hiperactividad. En W. W. Hay, M. J. Levin, J. M. Sondheimer, & R. R. Deterding, Diagnóstico y tratamiento pediátricos (págs. 91-92). México, D.F.: McGraw-Hill/Interamericana Editores, S. A. de C. V.

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