domingo, 3 de agosto de 2014

LITERATURA Y SOCIEDAD

     La literatura puede ser un excelente instrumento para la consolidación de una ciudadanía universal. Esto es, en primer lugar, porque la literatura resulta una forma de ejercicio empático por parte del lector, que puede entender al otro introduciéndose en sus razones y circunstancia. El seguimiento de la vida interna de un personaje enseña que todos acogemos una serie de procesos ocultos, una suerte de profundidad, que es lo que precisamente nos caracteriza como humanos.

      Así, la literatura muestra al otro, con los limites que marca el medio expresivo que utiliza, se entiende, pero además promueve, por esto mismo, la interacción social. Las vulnerabilidades del otro son semejantes a nuestras vulnerabilidades, con lo cual se aprende a ser compasivo. Hay una posibilidad de desgracia que todos padecemos y que nos enseña que nosotros somos vulnerables y contingentes. Así las tragedias muestran obsesivamente las posibilidades y debilidades humanas, y hacen ver el contraste entre la vida humana en tanto tal y las vidas menos limitadas de dioses y semidioses.





     En los estoicos romanos se da un análisis de las pasiones y de la vida emocional del hombre, lo cual es muy tenido en cuenta para desarrollar su programa educativo y ético. Tanto es así que a pesar de la importancia concebida al uso de los pensamientos para controlar el sufrimiento, hay numerosos pasajes en Séneca que parecen incluso anticipar para algunas nociones freudianas, como la importancia  de los primeros años de la infancia.


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