viernes, 17 de octubre de 2014

La Versificación (IV)

Entrega #4: Versificación española; número de sílabas.

Hemos llegado a la entrega número 4, pero antes de continuar comento lo siguiente: tras la entrega número 5 vendrá una entrega correspondiente a una evaluación que deberás entregar, no te preocupes, los reactivos serán sobre lo visto en las 5 entregas. Cuando llegue el momento explicaré con más cuidado este asunto. Sin más que decir, comencemos con el tema.

Versificación española. En la métrica griega y latina eran por completo indiferentes tanto el número de sílabas del verso como la rima, desconocida entonces. Sólo tenían en cuenta la combinación de los pies. En cambio, los idiomas modernos, de prosodia menos perfecta, no pueden determinar la cantidad silábica y han tomado por base de su versificación otros factores.

Para la medida de los versos en la poesía española y para su clasificación importa esencialmente atender al número de sílabas y a la distribución de los acentos. También a las cesuras, en determinados versos que las exigen, y a la rima, en las combinaciones métricas.

Número de sílabas. Las sílabas de un verso en castellano se cuentan por el número de sílabas gramaticales, salvo en las excepciones que indicamos a continuación:

DIÉRESIS. Consiste en disolver el diptongo y hacer de él dos sílabas:
con tres veces del süave.

SINÉRESIS. Es lo contrario de lo anterior. Forma una sola sílaba de dos vocales fuertes que no suelen diptongarse:
alma real en cuerpo hermoso.

Ambas licencias métricas son poco usadas. Muchísimo, en cambio, lo es la

SINALEFA, o unión de la última vocal de una palabra con la primera de la siguiente en una sola sílaba. Se da con tanta frecuencia que a penas hay verso que no ofrezca uno o más casos de esta unión. Y la sinalefa se cumple corrientemente dentro del verso, aunque exista entre las vocales una división lógica equivalente a un punto y coma o a un punto final. Donde no se practica, por lo general, es en el enlace de los versos sucesivos. Ejemplos de sinalefa:

*Un hombre entró embozado hasta los ojos.
                                                                                Espronceda
*Al cielo y al infierno desafía.
                                                                                Espronceda
*Salve América hermosa. El sol te besa.
                                                                                Rubén Darío

ACENTO FINAL. Además de la sinalefa, que siempre debe practicarse, para la medida de un verso castellano hay que tomar en cuenta el acento final. Si la última palabra del verso es grave, el número de sílabas es el que en realidad se ha contado; si es aguda, se contará una más; si es esdrújula, una menos.

Olor de mies en los campos     8 sílabas.     (grave la palabra final)
Mañana de cielo azul     7   +   1   =   8     (aguda la final)
Suave gorjear de pájaros     9   -   1   =   8     (esdrújula la final)


Hasta aquí finaliza la entrada de hoy, en la siguiente entrada veremos más a fondo los acentos.






Bibliografía:
Oca, F. M. (1971). La versificación. En F. M. Oca, Teoría y técnica de la Literatura (pág. 100-101). México, D.F.: Editorial Porrúa.

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