miércoles, 28 de enero de 2015

REDUNDANCIAS Y PLEONASMOS

El español es un idioma muy redundante. Todas las lenguas lo son, en menor o mayor medida; sin embargo, no todas las redundancias son incorrectas.

La redundancia es el uso innecesario de una o más palabras que se añaden a una oración con la idea de hacerla más clara, pero no aporta expresividad ni añade nada nuevo al significado de la frase. En resumen: se repite de forma distinta lo ya dicho. La redundancia no cumple ninguna función; por eso su uso no está justificado. Son censurables y deben evitarse. Ejemplos:

Años de edad. Una de las acepciones de año es ‘edad, tiempo vivido’.
Persona humana. Una persona es un ‘individuo de la especie humana’.
Prever con antelación. Prever es ‘ver con anticipación’.
Mendrugo de pan. Un mendrugo es un ‘pedazo de pan duro o desechado’.
Volver a insistir: Insistir significa ‘repetir o hacer hincapié en algo’.

Losa de piedra. Una losa es una ‘piedra llana’.
Añadir/agregar después. No se puede añadir/agregar antes.
Progresar positivamente. Progresar implica positividad; significa ‘avanzar, mejorar, hacer adelantos en determinada materia’.
Pequeña casita. El sufijo –ita tiene valor diminutivo.
Nexo de unión. Nexo equivale a ‘unión, lazo, nudo’
Un pleonasmo también es la repetición de términos innecesarios, pero se considera correcto porque se usa como recurso expresivo con la intención de dar más fuerza, viveza o espontaneidad a la expresión. José Martínez de Sousa nos ofrece estos ejemplos de pleonasmos admisibles:

Subir arriba, bajar abajo, salir fuera (o afuera), entrar dentro (o adentro), volar por los aires, caer escaleras abajo, subir hacia el cielo, verlo con los propios ojos, a nosotros nos gustaría, nunca jamás. Ya sabemos que el acto de subir, por propia definición, solo puede ser hacia arriba, como bajar es para abajo, entrar es dentro (entrar fuera sería un disparate), se ve con los propios ojos (no con los de un amigo que nos los ha prestado), nos gustaría y nunca o jamás, según el caso. Sin embargo, en todos esos ejemplos la redundancia, más o menos transparente, es necesaria para que el lenguaje no pierda fuerza y vigor.

En muchos casos, la expresión ejemplo a seguir es evitable, ya que a seguir no aporta nada nuevo, pues un ejemplo ‘se propone para que se imite y siga’. Cuando queremos decir que el ejemplo se debe evitar, podemos decir mal o pésimo ejemplo.

Ciertos autores consideran correctas algunas redundancias que otros condenan. Esto se debe a que la frontera entre pleonasmo y redundancia a veces es difusa. De hecho, algunos estudiosos del lenguaje, como el sabio maestro Martínez de Sousa, no establecen diferencias entre redundancia y pleonasmo.

2 comentarios:

  1. Si charly a mí todavía se me confunden, pero das muy buenos ejemplos

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  2. Yo creo que a la mayoría de las personas se nos sale alguna vez usar pleonasmos, a mi me pasa :-D y he escuchado en las personas que conviven conmigo como hacen uso de ellos muy seguido.

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